Hace treinta años que los partos se realizan en el hospital. Significa que las madres de nuestra generación han dado a luz en el hospital pero nuestras abuelas han parido en casa.
La transmisión de madres a hijas se ha perdido por este motivo. La medicalización y la tecnificación del parto han conllevado que la mujer pierda su fuerza, su sabiduría y haya desaprendido cómo parir, cuidar y amamantar a sus hijos.
Como bien dice el obstetra Dr. Michel Odent: "Lo Simple es Bello. Debemos redescubrir la simplicidad del nacimiento y las necesidades básicas que tiene una mujer cuando está de parto y las de su recién nacido”.
Una mujer que está de parto sólo necesita estar en una habitación pequeña con luz tenue. No necesita a nadie alrededor de ella, excepto una partera experimentada y silenciosa, percibida como una figura materna protectora que está sentada en una esquina.
Esto significa que el parto es un proceso espontáneo que no requiere ayuda externa más que el acompañamiento de un profesional que identifique la normalidad del evento.
Según la Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal del Ministerio de Sanidad publicado en al año 2010 explica que afortunadamente, hoy sabemos que con la atención y apoyo adecuados, la mayoría de las mujeres sanas pueden dar a luz con un mínimo de procedimientos médicos sin poner en riesgo la seguridad del proceso.
Para ello es necesario que las mujeres recuperen la confianza en sus posibilidades de afrontar el parto y que los profesionales comprendan cuáles son las necesidades básicas de las mujeres durante este proceso fisiológico (seguridad, tranquilidad, privacidad, etc.) y ofrezcan una atención diferente que satisfaga a las mujeres, garantizando su seguridad y la del bebé.
Ina May Gaskin, comadrona americana, asegura que: “Las sociedades donde no se contempla el parto natural es porque se ha perdido la sabiduría de las capacidades de la mujer”.
La comadrona española Consuelo Ruiz Vélez-Frías identifica que: “Los principales enemigos del parto natural son: Ignorancia, Miedo, Dolor e Impaciencia”.
Hay una tendencia a recuperar estas capacidades en los hospitales de hoy en día, sin embargo, las prisas por la presión asistencial que sufre el personal sanitario – invadido también por el miedo y los procesos patológicos - deriva en que en muy pocas ocasiones se cumplan las premisas para lograr un parto natural.
Todavía falta mucho camino por recorrer para que las mujeres y sus hijos sientan satisfacción y seguridad en el momento del nacimiento en los hospitales y es por ello que algunas familias optan por dar a luz en su propio hogar.
Para el equipo de Marenostrum el nacimiento de una vida es un suceso trascendental, sagrado, que merece todo el respeto y cuidado del mundo. Los profesionales que atienden partos se sienten invitados privilegiados a esta fiesta de la venida al mundo de un bebé.
El equipo de comadronas está formado por tres profesionales colegiadas fijas y varias que colaboran de una manera externa cuando se necesitan.
Tenemos el honor de contar también con Ortrud Lindemann, doctora experta en embarazos y nacimientos que ha atendido miles de partos naturales, aunque ella afirma que las comadronas son las expertas en acompañar el parto normal y sólo asiste cuando se requiere su sabiduría.